Jueves Santo
MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
INSTITUCION DE LA SAGRADA EUCARISTIA, INSTITUCION DEL ORDEN SACERDOTAL Y
LAVATORIO DE LOS PIES (MANTDATUM).
El Jueves Santo es, uno de los tres Jueves del año que "relucen mas que el
sol". En este día celebramos, por la tarde, la misa en la cual conmemoramos 3
acontecimientos, de gran trascendencia para la vida de todo cristiano; la
institución de la Sagrada Eucaristía, la institución del Orden Sacerdotal y el
gran gesto de humildad del lavatorio de los pies.
Recordando un poco la Escritura, vemos que Jesús cumple como Judío con una
ley que les obligaba a celebrar la Pascua por mandato de Yahveh (Ex 12,14). La
forma de celebrarlo era mediante una cena similar a la que hicieron los
Israelitas antes de su éxodo de Egipto (Ex 12,3-11), así que el día marcado,
Jesús quiere celebrar con sus amigos esta Cena de Pascua (Lc 22,8-12) , la cual
sería la ultima en es vida terrenal, pero la primera para gloria de Dios, ya que
en esta, instituye los Sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal (Lc
22,19-20), pero como preámbulo de esto nos da un gran ejemplo de amor y humildad
en el cual nos invita a imitarlo, por medio del "mandatum", momento en el cual,
durante la Cena, Jesús lava los pies a sus discípulos (Jn 13,4-5).
Litúrgicamente hablando, esta misa es conocida como la misa de la Cena del
Señor y NO como la misa del lavatorio, aunque dentro de esta se recuerde este
acontecimiento. La celebración de la misa se have por la tarde a la hora más
oportuna y procurando la participación de toda la comunidad local y de todos los
sacerdotes y ministros si es que hubieren. Si el sacerdote ya participo por la
mañana en la misa Crismal puede celebrar por la tarde, por razones pastorales.
Esta misa no debe aplicarse por la intención de personas en particular.
La misa se divide en 4 partes:
· Ritos iniciales y liturgia de la palabra.
· Lavatorio de los pies.
· Liturgia eucarística.
· Traslación del Santísimo Sacramento.
· Lavatorio de los pies.
· Liturgia eucarística.
· Traslación del Santísimo Sacramento.
Debe tomarse muy en cuenta que al inicio de la celebración, el sagrario
debe estar completamente vacío. De tal forma que, hay que consagrar suficientes
formas para la comunión de este día y del siguiente (Viernes Santo).
Se canta el himno del gloria, mientras se tocan las campanas a vuelo.
Terminando el canto, ni las campanas ni instrumento musical se vuelven a tocar,
en señal de tristeza y dolor, hasta la Vigilia Pascual.
En la liturgia de la palabra, escucharemos la lectura del libro del Exodo
en donde veremos como Dios habla con su pueblo y les da las indicaciones para
preparar la Cena Pascual. El Salmo responsorial será tomado del Salmo 115
"Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava". Escucharemos también la Epístola
de San Pablo a los Corintios en la cual nos recuerda la Institución de la
Eucaristía y nos have ver cual es el alimento verdadero. Finalmente el Evangelio
tomado de San Juan en el cual nos muestra Cristo su gran amor y humildad y nos
invita a la confesión "el que no quiera lavarse no tendrá parte con El".
Después de la liturgia de la palabra se hará la homilía y después de esta,
en un lugar apropiado, se dispondrán las personas designadas para que el
Sacerdote, acompañado de sus ministros, lleve a cabo el lavatorio de los pies.
Una vez terminado el lavatorio, omitiéndose el Credo, continua con la Liturgia
eucarística.
Debe notarse que al terminar de repartir la comunión, el copón se
depositará sobre el altar y no en el Sagrario. De ahí, terminada la Oración
después de la Comunión, el Sacerdote tomará al Santísimo con el paño de hombros
y lo llevara en procesión hasta el "Monumento", previamente levantado en otro
sitio distinto al altar, mientras se canta el Pange Lingua. Una vez llegando al
"Monumento", se deposita en el al Santísimo en la urna y se inciensa, mientras
se canta el Tantum ergo, al final de este se cerrará la urna y se recomienda un
momento de oración, al terminar, el Sacerdote regresará a la sacristía en
absoluto silencio, NO hay bendición ni despedida.
Enseguida se desnuda el altar indicando así que desde ese momento, queda
suspendido el Santo Sacrificio de la Misa, y se quitan las cruces y las imágenes
de los santos, si algunas no se pueden quitar se recomienda que se cubran con un
velo negro o morado.
Hay que tomar en cuenta que es muy importante en esta noche no dejar solo
al Santísimo y destinar parte de nuestro tiempo para rezar y adorarlo con
absoluta solemnidad.
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