mayo 25, 2015
mayo 24, 2015
¡Oh Espíritu Santo! Oración
¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones
y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las
cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor.
Amén.
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Fuente: Devocionario Católico
Amor infinito y Espíritu Santificador, Oración
Amor infinito y Espíritu Santificador:
Contra la necedad, concédeme el Don de Sabiduría, que me libre del tedio y
de la insensatez.
Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.
Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libre de las indiscreciones e imprudencias.
Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los engaños del mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.
Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.
Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, rencor, injusticia, crueldad y venganza.
Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.
Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.
Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libre de las indiscreciones e imprudencias.
Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los engaños del mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.
Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.
Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, rencor, injusticia, crueldad y venganza.
Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.
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Fuente: Devocionario Católico
¡Ven Espíritu Santo!, Oración
Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciende en el fuego de tu Amor.
Dígnate escuchar mis súplicas, y envía sobre mí tus dones, como los enviaste
sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento, para penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe; distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento, para penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe; distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia, para sentir con la Iglesia en la estima de las cosas terrenas, y así aumentar mi esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría, para que saboree cada día más con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo, para obrar de continuo con prudencia; eligiendo las palabras y acciones más adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para practicar con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios con gratitud y obediencia, a los hombres con generosidad y amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza, para perseverar con constancia y confianza en el camino de la perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de Dios, para no dejarme llevar de las tentaciones de los sentidos, y proceder con templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de tu Esposa, María Santísima, te suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar eternamente tus infinitas misericordias.
Amén.
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Fuente: Devocionario Católico
Los Dones del Espíritu Santo
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7 Dones del Espíritu Santo
7 Dones del Espíritu Santo
Una demostración evidente de esta venida son los siete Dones del
Espíritu Santo, disposiciones permanentes o capacidades que Dios concede y que
hacen a la persona dócil y dispuesta a seguir los impulsos del mismo Espíritu.
Los Dones pertenecen en plenitud a Jesús, el Mesías, quien los comunica a sus
discípulos por la fe, la oración y los sacramentos. Jesús dijo que “a ustedes
los conocerán por sus frutos” y San Pablo (Gálatas 5, 22-23) señala que el
Espíritu Santo, produce en nosotros los frutos de la Caridad, Alegría, Paz,
Paciencia, Comprensión de los Demás, Bondad, Mansedumbre y Dominio de Sí
Mismo.
Sabiduría
La sabiduría ocupa el primer lugar entre los siete dones del Espíritu
Santo. Tener el don de la sabiduría nos permite ver las cosas de acuerdo a como
Dios las ve. Podemos adquirirla mediante la búsqueda de la mente y la voluntad
del Señor a través de una comunicación regular en la oración, en el estudio de
las Escrituras y cultivando una relación íntima con él. La sabiduría nos dirige
a la hora
de juzgar todo de acuerdo a la perspectiva divina.
Entendimiento
La comprensión es el regalo que nos da una mejor y más profunda visión de
los misterios de la fe cristiana. Nos ayuda a tener un conocimiento más claro de
las enseñanzas y las verdades de la iglesia. De acuerdo con el sitio web St.
John Roman Catholic Church, "Da una gran confianza en la palabra revelada de
Dios y conduce a los que la tienen para llegar a conclusiones verdaderas a
partir de los principios revelados".
Consejo
El don del consejo nos da la intuición de hacer lo correcto en
circunstancias difíciles. Esto nos permite practicar y perfeccionar la virtud de
la prudencia, o saber qué hacer y qué evitar en diferentes situaciones. El libro
Segundo de Éxodo afirma; "El Espíritu Santo habla al corazón a través del don
del consejo y muestra a los que lo tienen qué hacer".
Fortaleza
La fortaleza es el don de la fuerza, la perseverancia y el coraje que nos
permite obedecer y seguir la voluntad de Dios en todo momento. Nos ayuda a
superar los obstáculos y a perseverar en nuestra fe, siempre confiando en la
divina providencia de Dios para equiparnos con la virtud necesaria.
Conocimiento
Con el don del conocimiento, somos capaces de discernir y descubrir la
voluntad de Dios en todas las cosas y juzgar todo de acuerdo con esta
perspectiva divina. St. John Roman Catholic Church indica, "El don del
conocimiento es a menudo llamado 'la ciencia de los santos', ya que permite a
los que lo tienen discernir rápidamente entre los impulsos de la tentación y las
inspiraciones de la gracia".
Piedad
El don de piedad perfecciona nuestro amor a Dios. Desarrolla este amor
instintivo por él como nuestro padre, lo que nos permite obedecer de forma más
natural, ya que confiamos plenamente en su amor por nosotros.
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