Jesús en el Huerto de Getsemaní o de Los Olivos
 
 Salió como de costumbre, fue al Huerto de los Olivos, y los discípulos le siguieron.
 
 Llegando al lugar les dijo: "Pidan que no caigan en tentación." Y se apartó de ellos, y puesto de rodillas oraba diciendo:
 
 "Padre si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya".
 
 Entonces se le apareció un ángel que lo confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración.
 
 Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.
 Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos,
 vencidos por la tristeza; y les dijo:
 
 "Levántense y oren para que no caigan en tentación".
 (Lc 22, 39-46)
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