Sábado Santo
DÍA DE LUTO
El
sábado santo, día del descanso en el sepulcro, es realmente día
alitúrgico (sin celebraciones de ningún tipo), pues no tiene misa ni
comunión; si se prescinde de la vigilia pascual, sólo queda para la
liturgia de este día el rezo de las horas.
Es este un día de luto para la Iglesia pues Cristo el Señor ha muerto, pero a la vez es un día de esperanza en la resurrección.
Acompañemos en el silencio del sepulcro a Jesús. Acompañemos en el
silencio del dolor a María y a los apóstoles. Es el día de la reflexión
antes de la gran pascua por la resurrección del Salvador.
Es el
día en que cada uno de nosotros, juntamente con toda la Iglesia,
meditemos los grandes misterios hasta ahora vividos; oración profunda
que debe llevarnos hacia un cambio radical en nuestras vidas. Los
apóstoles se habían reunido en un lugar aparte para asimilar la muerte
del Maestro, pero ellos no quedaron en "la muerte", esperaban "algo
más", ese algo que Cristo a lo largo de su vida pública había anunciado.
Y es María Magdalena, aquella que había ungido al Señor antes de su
muerte la encargada de anunciar ese "algo" tan esperado, la espera había
concluido ¡El Señor había resucitado!. Ese anuncio de la Magdalena que
movió a Pedro y a Juan a ir hacia el sepulcro vacío es el mismo anuncio
que debe de llevarnos a unirnos en el anuncio del kerigma - resurrección
del Señor- que celebraremos en esta noche santa en que "muertas las
cadenas de la muerte" ( cf. pregón pascual) Dios nos da la vida y la
gloria.
Preparémonos desde el fondo de nuestro corazón.
VIGILIA DE ASOMBRO
Que tu santa luz gloriosa ilumine al pueblo redimido con tu Pascua y lo
introduzca en la fiesta de tu resurrección. Todo el día del sábado ha
sido un camino de silencio, recorrido en fe y en expectación. Los
apóstoles, en su sábado primero, vivieron la decepción, la tristeza y el
desaliento. Nosotros, iluminados por la resurrección ya creída, lo
hemos pasado en recogimiento sagrado, en vela diurna. Sin celebración
externa. Por eso¡ éste es el momento del gozo efusivo, es la hora
esperada de la Vigilia Pascual, madre de todas las vigilias: Es el
momento de la luz, del pregón, de la memoria de la historia de la
salvación, del anuncio de la resurrección y de la renovación de las
promesas del bautismo.
1. La hora de la luz y del pregón Pascual
Al comenzar la vigilia con la fiesta del fuego, tan simbólico y
significativo, algo nuevo ha acontecido en medio del pueblo. La llama ha
surgido en la oscuridad. Al prenderse el cirio Pascual del fuego nuevo,
se ha intuido el esplendor de la Pascua de Cristo resucitado. Cristo es
la Luz. De él se enciende toda luz y por él se ilumina el templo vivo
de la Iglesia, convocada para el pregón pascual. Por eso cantamos con
todo el fervor de nuestras voces: ¡Oh noche realmente dichosa, que
cambia la tiniebla en claridad y la muerte en vida! Es noche de Pascua.
Noche de liberación.
2. La Palabra y el anuncio de la Resurrección
Terminado el pregón de las fiestas pascuales, escuchamos la palabra que
hace memoria de las manifestaciones de Dios en la historia de Israel,
desde la creación hasta el momento de la gran manifestación: "Ha
resucitado ". Es un camino largo de contemplación que culmina con el
canto del/Aleluya! " ¡Cristo ha resucitado! Es el Señor, él es la
verdadera liberación de la historia de todos los pueblos. él es nuestra
salvación. Ahora ya exultamos al proclamar: "éste es el día en que actuó
el Señor sea nuestra alegría y nuestro gozo ". ¡Gloria al Señor!
3. Eucaristía bautismal
Iluminados por la Palabra, entramos hacia el corazón de la Eucaristía.
Vivimos la experiencia bautismal, bajo la mirada de todos los santos.
Renovamos nuestra fe y sentimos que Cristo es nuestra vida. Rociados por
su amo1; compartimos el pan de la pascua en comunión de vida fraterna.
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres ". él ha
enjugado nuestras lágrimas y nos ha inundado de alegría el corazón.
Desde ahora, celebrar la Pascua es vivir recién nacidos por el agua y el
Espíritu. Que esta noche, sea de verdad la nueva creación del mundo en
la Pascua de la resurrección de Cristo.
Para seguir meditando:
¿Qué implica la Pascua como vivencia de tu bautismo?
¿Cómo vivir realmente la vida de resucitado en el Señor?
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