El verdadero significado de la SEMANA SANTA
Cada año los cristianos del mundo nos unimos en una gran oración para conmemorar el sacrificio que Jesucristo hizo en un madero, pagando el rescate de la humanidad sobre el pecado. Desde su entrada triunfal a Jerusalén, los preparativos de la última cena, su prisión, la tortura y crucifixión y su Resurrección, nos deja el camino a imitar para vencer al pecado y al mundo y obtener la gloria del Cielo.
Jesús venció las tentaciones, nos eneseñá a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y marcó el camino que la humanidad debe seguir para salvarse en el día de su próxima venida.
Esta Semana Santa debe recordarnos a todos los cristianos el camino a seguir para llegar a Dios Padre y disfrutar de su gloria en el Cielo y no apartarnos del camino de la salvación durante nuestra vida terrena.
JESUCRISTO EL REDENTOR
Cuando hace más de dos mil años llegó a la Tierra el Hijo de Dios, hecho hombre, su vida terrena tuvo como misión rescatar a la humanidad del pecado en el que estaba sumida por el pecado original de Adán y Eva, pagar dicho rescate con su vida y redimir al género humano.
Esta promesa hecha por Dios Padre y que es recordada en varios pasajes de la Biblia a través de los profetas, se cumplió (aunque el judaísmo actual no cree en la divinidad de Jesucristo como Hijo de Dios y lo considera solo un profeta más) y es por eso que el mundo cristiano conmemora con recogimiento el sacrificio de Jesucristo en el Gólgota.
"Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: Santos seréis, porque santa SOY YO el Señor Dios vuestro Dios" Levítico 19. 2
CUARESMA: TIEMPO DE CONVERSION.
Se da inicio al Tiempo de Cuaresma. Los Templos no muestran todo su esplendor, apagando varias de sus luces y retirando las flores en cuyo lugar colocan austeras plantas. Es tiempo para acercarnos a Dios a través del Sacramento de la Confesión, también llamado Reconciliación.
La Cuaresma es el periodo de ayuno y penitencia observado por la tradición cristiana como preparación de la Pascua o conmemoración de la resurección de Cristo.
En el ayuno cuaresmal los fieles comen con mesura durante los cuarenta días que dura esta época de recogimiento y ofrecen sacrificios como horas de trabajo, realizar trabajos o esfuerzos que no son de su agrado en situaciones normales, evitar discutir con parientes o conocidos de trabajos, controlar el carácter o simplemente ofrecer las penas y problemas que nos acontecen a diario como penitencia para este tiempo de Cuaresma.
Durante la Cuaresma nos preparamos para recordar la muerte y resurección de Jesús. Es a la vez tiempo de conversión que supone la búsqueda de fidelidad al propio BAUTISMO, es decir, a la esencia de ser cristiano, y esto significa tratar de parecerse a Jesus de Nazaret, sólo de esta manera tendrá sentido el llegar a la Pascuar y celebrarla.
Pasados los cuarenta días los cristianos están preparados para la Pascua, cuya celebración da inicio a la SEMANA SANTA con el Domingo de Ramos, Lunes, Santo, Martes Santo, Miercoles Santo, JUEVES SANTA, VIERNES SANTO, Sábado Santo y DOMINGO DE PASCUA. Cada día tiene su celebración y recordatorio propios, los cuales ilustraré y resumiré más adelante.
La Cuaresma es, en resúmen, un período suficientemente largo y oportuno -previo a los días santos- para pedir a Dios Padre la gracia de la conversión de vida, ser cristianos de verdad, que nos ilumine con Su Misericordia y nos envíe su Santo Espíritu para poder llegar a conocer más y mejor a Su Hijo Jesús y el sacrificio que hizo por nosotros.
Existe la tradición de que el origen de la celebración de la Cuaresma surge en el Siglo IV d.C. con el propósito de preparar a aquellos que iban a recibir el sacramento del Bautismo en la Vigilia Pascual. Más tarde la preparación también la realizaban a los ya bautizados que querían reparar su infidelidad a su condición cristiana. La Iglesia Católica considera que este tiempo de Cuaresma es el tiempo propicio para hacer penitencia y buscar -con al gracia de Dios- la conversión a nuestra condición de cristianos.
AYUNO Y ABSTINENCIA
El profeta Isaías en el capítulo 58 de su libro en la Biblia dice "El ayuno que le agrada a Dios: romper las cadenas de la injusticia, dejar libre al oprimido, poner fin a toda tiranía, compartir con el pobre, vestir al que no tiene ropa, socorrer al necesitado".
Ayunar y abstenerse en este tiempo de Cuaresma no se refieren únicamente a dejar de comer o comer menos, significa abstenerse de decir malas palabras, de propagar chismes, de pecar, de mentir, de maltratar, dejar de comportarnos como lo hacemos en la forma que Dios no quiere, ser más como Cristo y menos como nosotros mismos. También implica la abstinencia de comida por respeto a un tiempo memorable que se aproxima y que es de verdadero pesar y penitencia porque en este tiempo -la Semana Santa- recordamos el sufrimiento de Cristo por nosotros y la Cuaresma debe servirnos para estar preparados para asumir la responsabilidad de nuestros actos y pecados y reconocer que Jesucristo los asumió por nosotros.
El ayuno y la abstinencia durante este tiempo de Cuaresma nos ayuda a controlar nuestros sentidos y dominar nuestro cuerpo para que no sean nuestras vanidades y frialdades las que nos dominen a nosotros en este tiempo de reflexión, las cuales sólo nos inclinan hacia el error, el desorden y el pecado.
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