Virgen María Rosa Mística, Estampita y Oración
febrero 24, 2016
febrero 07, 2016
febrero 06, 2016
La Cuaresma del año 2016
La Cuaresma del año 2016
del 10 de Febrero al 20 de
Marzo.
La Cuaresma es un periodo del tiempo litúrgico que comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos.
La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico.
• Primer Domingo de Cuaresma: Febrero 14
• Segundo Domingo de Cuaresma: Febrero 21
• Tercer Domingo de Cuaresma: Febrero 28
• Cuarto Domingo de Cuaresma:
Marzo 6
• Quinto Domingo de Cuaresma:
Marzo 13
• Domingo de Ramos: Marzo 20
=
Semana Santa
Marzo 20, Domingo de Ramos
Marzo 21, Lunes Santo
Marzo 22, Martes Santo
Marzo 23, Miércoles Santo
Marzo 24, Jueves Santo
Marzo 25, Viernes Santo
Marzo 26, Sábado de Gloria
Marzo 27, Domingo de Resurrección (ó Domingo de Pascua)
Marzo 28, Lunes de Pascua, festivo en algunas comunidades
Marzo 21, Lunes Santo
Marzo 22, Martes Santo
Marzo 23, Miércoles Santo
Marzo 24, Jueves Santo
Marzo 25, Viernes Santo
Marzo 26, Sábado de Gloria
Marzo 27, Domingo de Resurrección (ó Domingo de Pascua)
Marzo 28, Lunes de Pascua, festivo en algunas comunidades
=
Las 29 preguntas más comunes, sobre la "Cuaresma"
Las 29 preguntas más comunes con las respuestas que te harán comprender
mejor el sentido de la cuaresma.
1 ¿QUÉ ES LA CUARESMA?
Llamamos Cuaresma al período de cuarenta días (quadragesima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.
2 ¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA?
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
3 ¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA?
“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).
“La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).
4 ¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la
Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto,
se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la
purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una
actitud penitencial.
5 ¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la
Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador,
designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la
reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el
pecador.
Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios
después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
6 ¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA?
“La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas.
La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la
oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con
relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical
operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el
perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el
prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del
prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre
multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.).” (Catecismo Iglesia Católica, n.
1434).
7 ¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA?
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a
hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común
de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los
fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y
se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones
y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia.” (Código de Derecho
Canónico, cánon 1249).
8 ¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES?
“En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los
viernes del año y el tiempo de cuaresma.” (Código de Derecho Canónico, cánon
1250).
9 ¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO?
En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, “todos los
viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la
abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia
Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes
Santo.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1251).
10 ¿CUÁNDO ES CUARESMA?
La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes
de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma
una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos:
1) El Miércoles de ceniza,
2) Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo
de Ramos de la Pasión del Señor,
3) La Misa Crismal y
4) Las ferias.
11 ¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?
Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que
manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios.
Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con
humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en
el Evangelio.
12 ¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA?
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la
penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana
a partir del siglo X. El liturgia actual, conserva los elementos tradicionales:
imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
13 ¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA?
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa,
después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer
dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza
se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
14 ¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA?
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del
Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La
fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la
recibirán.
15 ¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA?
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo
de Cristo;
16 ¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?
la Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro
espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido
por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo,
es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
17 ¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA?
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda
CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del
año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
18 ¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer
la amistad con el Creador.
Supone e incluye la Confesión (ver el impreso Guía de la Confesión) de
todos y cada uno de nuestros pecados.
Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos
cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
19 ¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN “TIEMPO FUERTE” Y UN TIEMPO
PENITENCIAL?
“Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el
tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos
fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son
particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias
penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones
voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes
(obras caritativas y misioneras).” (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)
20 ¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son,
por ejemplo:
1. Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o
Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y
completa.
2. Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno.
3. Practicando las Obras de Misericordia.
21 ¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA?
Las Obras de Misericordia espirituales son:
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y los muertos
Las Obras de Misericordia corporales son:
Visitar al enfermo.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Socorrer al cautivo.
Vestir al desnudo.
Dar posada al peregrino.
Enterrar a los muertos.
22 ¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA?
Hay que cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el
de la CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.
23 ¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO?
El AYUNO consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer
algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada
entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
24 ¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO?
Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que
tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).
25 ¿QUÉ ES LA ABSTINENCIA?
Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus
derivados).
26 ¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA?
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años.(cfr.
CIC, c. 1252).
27 ¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA?
“La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de
observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por
otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de
piedad.” (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).
28 ¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA?
Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino
como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a
crecer en el verdadero espíritu de penitencia.
29 ¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA?
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la
Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del
Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Sacramento
de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral:
1) La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos;
2) La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo
aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3).
3) La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en
las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de
la penitencia: “son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia”
(CEC, n. 1438), haciendo notar que “junto a las consecuencias sociales del
pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios”; y,
4) El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como
signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y
las obras caritativas y misioneras.
=Fuente del Texto: encuentra.comfebrero 01, 2016
Año Santo de la Misericordia
Año Santo de la Misericordia
Papa Francisco anuncia un Jubileo extraordinario:
Diciembre 8, 2015 - Noviembre 20, 2016
(RV).- El Papa Francisco anunció este viernes, 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo extraordinario. Este Jubileo de la Misericordia se iniciará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”
El anuncio se realizó en el segundo aniversario de la elección del Papa Francisco, durante la homilía de la celebración penitencial con la que el Santo Padre dio inicio a la 24 horas para el Señor, iniciativa propuesta por el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización para promover en todo el mundo la apertura extraordinaria de las iglesias y favorecer la celebración del sacramento de la Reconciliación. El tema de este año ha sido tomado de la carta de San Pablo a los Efesios: “Dios rico en misericordia” (Ef 2,4).
La apertura del próximo Jubileo adquiere un significado especial ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965. Será por tanto un impulso para que la Iglesia continúe la obra iniciada con el Vaticano II. Durante el Jubileo las lecturas para los domingos del tiempo ordinario serán tomadas del Evangelio de Lucas, conocido como “el evangelista de la misericordia”. Dante Aligheri lo definía “scriba mansuetudinis Christi”, “narrador de la mansedumbre de Cristo”. Son bien conocidas las parábolas de la misericordia presentes en este Evangelio: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre misericordioso.
El anuncio oficial y solemne del Año Santo tendrá lugar con la lectura y publicación junto a la Puerta Santa de la Bula, el Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por San Juan Pablo II que se celebra el domingo siguiente a la Pascua.
Antiguamente, para los hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (S. Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente 13).
La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un jubileo cada siglo. Desde el año 1475 – para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo – el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.
Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI. Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención.
La Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.
Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia.
El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación.
Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”.
En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).
También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.
En el texto de la edición española de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium el término misericordia aparece 29 veces.
El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.
1350: Clemente VI
1390: proclamado por Urbano VI, presidido por Bonifacio IX
1400: segundo jubileo de Bonifacio IX
1423: Martín V
1450: Nicolás V
1475: proclamado por Pablo II, presidido por Sixto IV
1500: Alejandro VI
1525: Clemente VII
1550: proclamado por Pablo III, presidido por Julio III
1575: Gregorio XIII
1600: Clemente VIII
1625: Urbano VIII
1650: Inocencio X
1675: Clemente X
1700: Abierto por Inocencio XII, concluido por Clemente XI
1725: Benedicto XIII
1750: Benedicto XIV
1775: proclamado por Clemente XIV, presidido por Pío VI
1825: León XII
1875: Pío IX
1900: León XIII
1925: Pío XI
1933: Pío XI
1950: Pío XII
1975: Pablo VI
1983: Juan Pablo II
2000: Juan Pablo II
2015: Francisco
En los años 1800 y 1850 no hubo jubileo a causa de las circunstancias
políticas de la época.
Papa Francisco anuncia un Jubileo extraordinario:
Diciembre 8, 2015 - Noviembre 20, 2016
(RV).- El Papa Francisco anunció este viernes, 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo extraordinario. Este Jubileo de la Misericordia se iniciará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”
El anuncio se realizó en el segundo aniversario de la elección del Papa Francisco, durante la homilía de la celebración penitencial con la que el Santo Padre dio inicio a la 24 horas para el Señor, iniciativa propuesta por el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización para promover en todo el mundo la apertura extraordinaria de las iglesias y favorecer la celebración del sacramento de la Reconciliación. El tema de este año ha sido tomado de la carta de San Pablo a los Efesios: “Dios rico en misericordia” (Ef 2,4).
La apertura del próximo Jubileo adquiere un significado especial ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965. Será por tanto un impulso para que la Iglesia continúe la obra iniciada con el Vaticano II. Durante el Jubileo las lecturas para los domingos del tiempo ordinario serán tomadas del Evangelio de Lucas, conocido como “el evangelista de la misericordia”. Dante Aligheri lo definía “scriba mansuetudinis Christi”, “narrador de la mansedumbre de Cristo”. Son bien conocidas las parábolas de la misericordia presentes en este Evangelio: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre misericordioso.
El anuncio oficial y solemne del Año Santo tendrá lugar con la lectura y publicación junto a la Puerta Santa de la Bula, el Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por San Juan Pablo II que se celebra el domingo siguiente a la Pascua.
Antiguamente, para los hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (S. Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente 13).
La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un jubileo cada siglo. Desde el año 1475 – para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo – el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.
Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI. Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención.
La Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.
Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia.
El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación.
Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”.
En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).
También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.
En el texto de la edición española de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium el término misericordia aparece 29 veces.
El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.
Lista de los años jubilares con los respectivos papas:
1300: Bonifacio VIII1350: Clemente VI
1390: proclamado por Urbano VI, presidido por Bonifacio IX
1400: segundo jubileo de Bonifacio IX
1423: Martín V
1450: Nicolás V
1475: proclamado por Pablo II, presidido por Sixto IV
1500: Alejandro VI
1525: Clemente VII
1550: proclamado por Pablo III, presidido por Julio III
1575: Gregorio XIII
1600: Clemente VIII
1625: Urbano VIII
1650: Inocencio X
1675: Clemente X
1700: Abierto por Inocencio XII, concluido por Clemente XI
1725: Benedicto XIII
1750: Benedicto XIV
1775: proclamado por Clemente XIV, presidido por Pío VI
1825: León XII
1875: Pío IX
1900: León XIII
1925: Pío XI
1933: Pío XI
1950: Pío XII
1975: Pablo VI
1983: Juan Pablo II
2000: Juan Pablo II
2015: Francisco
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Fuente: es.radiovaticana.va